Por sorprendente que pueda parecer, la vinculación del Autòdrom con el mundo del caballo no es nada nuevo. En nuestro proceso de investigación sobre la historia del Autòdrom Terramar, hemos descubierto unos planos que demuestran la intención original de Francesc Armengol de incluir los deportes ecuestres en el circuito.
Poco antes de la llegada del verano, y coincidiendo con la presentación del proyecto de revitalización del Autòdrom Terramar a los vecinos de Rocamar, os hacíamos unas pinceladas acerca del futuro del circuito. Tal y como explicábamos entonces, el proyecto se sustenta sobre dos grandes pilares, el mundo de los deportes ecuestres y el del motor: por un lado, se prevé crear un circuito invernal de salto de obstáculos completamente abierto al público y que dé cabida a competiciones internacionales de distintos niveles durante los meses más fríos en Europa. Por otro lado, el circuito acogerá distintos eventos del mundo del motor durante la temporada estival, tales como exhibiciones o presentaciones de coches…
A pesar de que las características del Autòdrom ofrecen un sinfín de posibilidades, lo cierto es que no deja de sorprender que hace ya casi 100 años, Francesc Armengol tuviera la misma visión de futuro, unir el mundo del motor con el del caballo. [FOTO] Plano 2 Así es, hace apenas unos días, casi por casualidad, el equipo de GRANDPRIX –empresa al frente del proyecto de revitalización- se topó con unos planos del Autòdrom que datan de 1922, exactamente un año antes de la inauguración del circuito y, por increíble que pueda parecer, en ellos se prevé la creación de un hipódromo en la explanada central del recinto. Sin embargo, el proyecto de revitalización difiere del original en que la competición hípica se supedita exclusivamente a las disciplinas olímpicas, nada de carreras. Sea como sea, lo cierto es que han pasado casi cien años y el Autòdrom sigue sorprendiéndonos… ¿Qué otra gran sorpresa nos aguarda?
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